¿Lana cardada o lana peinada?

Elegir el tipo de lana correcto marca la diferencia en cualquier proyecto textil.

Cuando te adentras en el trabajo con lana —ya sea para fieltro con aguja, fieltro húmedo, hilado artesanal, tejido XXL… (por decirlo de alguna manera, porque hay muchas más técnicas que no especificamos aquí)— es normal preguntarse: ¿cuál es la mejor opción para lo que quiero crear?

Lana cardada: textura viva y natural

La lana cardada tiene una textura algodonosa y aireada, con las fibras desordenadas y ligeramente entrelazadas. Esa disposición permite que las fibras se enganchen con facilidad y que puedas dar volumen y cuerpo desde el principio.

Ideal para:

• Fieltro con aguja y escultura textil
• Fieltro húmedo (fino o grueso)
• Calzado, bolsos o piezas compactas
• Pintura con lana (fondos y efectos difuminados)
• Mezclas con seda, viscosa, algodón, Tencel…

La lana cardada es, en definitiva, una lana viva, que conserva la energía de la fibra en su estado más libre y maleable.

Lana peinada: suavidad y control

La lana peinada tiene las fibras alineadas en una mecha continua, lo que la hace más suave, fluida y manejable. Es una lana dócil y versátil, perfecta para conseguir acabados limpios y definidos.

Ideal para:

• Fieltro con aguja y retratos detallados
• Fieltro húmedo fino o nuno
• Calzado y bolsos más flexibles
• Hilado artesanal
• Tejido XXL decorativo o estructural
• Combinaciones con lino, seda, viscosa, algodón…

La lana peinada es la aliada perfecta cuando buscas precisión, suavidad y control, sin renunciar a la expresividad del material.

Dos caminos, una misma fibra

Ambas son compatibles con todas las técnicas: la cardada aporta volumen y textura, la peinada ofrece precisión y control. Comprender su comportamiento te permite disfrutar más del proceso y crear con intención.

¿Y tú? ¿Con cuál te quedas: cardada o peinada? 💬 Cuéntamelo en comentarios.